Una Nueva Guatemala Sin CICIG

El reloj marca el tiempo y el tiempo se acaba

Se nos dijo que en Abril de 2015 había nacido una nueva Guatemala. Una nueva nación compuesta por una  ciudadanía mayormente joven y pura  que, debe decirse, miraba con cierto desdén a sus mayores, y se congratulaba a si misma inmerecidamente por su capacidad de manifestar sin miedo, ahora que quienes les precedieron habían eliminado las bases del temor. Estos nuevos ciudadanos,  dejando atrás las diferencias ideológicas del pasado, no  solo demandaban cambios  sino que los liderarían llevándonos hacia una nueva  política que transformaría el País, Han pasado cuatro años y seguimos esperando.

La lucha anticorrupción se ha vuelto una lucha entre “derecha” e “izquierda”. Nos aproximamos a unas elecciones generales con una ley ridícula y conceptualmente errónea, sin cambio alguno  en la forma de elegir a los miembros del Congreso y sin reducción en su número.  Las demandas básicas de las manifestaciones, han sido desoídas modificadas o  desaparecidas y el movimiento reformista que nunca existió más que en la imaginación es ahora obviamente inexistente. Quienes se jactan de haberse opuesto a las elecciones nunca mostraron en los años subsiguientes cuales eran los cambios que hubieran hecho en caso de alterar el orden constitucional, ni trabajaron por dichos cambios.

¿Qué pasó? Nada extraordinario. Los “políticamente correctos” nacionales y extranjeros, cayeron como tontos apoyados por astutos malintencionados que vertieron en los engranajes de la maquinaria del cambio una cubeta  de tuercas y tornillos que la destruyó: Equidad numérica para las mujeres en el Congreso, derecho indígena, transfuguismo cero, validez para el voto nulo, igualdad de recursos electorales para todos y más.

El tiempo se acaba y la CICIG se autodestruye

La CICIG,  la CICIG, la CICIG. Que aburrido.   ¿Qué es la CICIG? La CICIG es un parche, un “chapús”, una solución temporal para un problema permanente. Es un chicle para tapar un hoyo en el tanque de gasolina y ya es hora de llevar el carro al taller.

¿Cómo fue que esta entidad pasó de  aplaudida por todos a una  aplaudida por un solo lado?¿ Fue simplemente por realidades y circunstancias ineludibles, o por la ambición personal del Comisionado? ¿Fue por una  ideología no reprimida o por  un idealismo inocente? ¿Cómo saberlo cuando diferentes causas pueden dar resultados similares? Así, creer que en realidad la justicia es ciega, y entrar por cualquier lado al pantano siguiendo todos los indicios con los que se va tropezando o que algunos interesados le lanzan,   enjuiciando a diestra y siniestra toda  infracción así encontrada, grande o pequeña,  sin valorar que ante una situación de irrespeto generalizado a la Ley como el que enfrentamos es importante escoger los casos a procesar dentro de una estrategia de regularización, podría  ser endiabladamente  imparcial, pero injusto en la práctica, al quedarse fijo en ese lugar, irremediablemente empantanado, pues sus recursos no son ilimitados,  favoreciendo sin querer a los de la otra rivera y dejando impune delitos mayores. Así parecerá que se sigue una estrategia ideológica cuando pudiera ser simplemente la consecuencia de  no tenerla.

Inútil profundizar más en la causa, la percepción, bien fundada o no, hizo que dejaran de aplaudir los admiradores o seguidores de los procesados por delitos que hasta ahora buena parte de la sociedad consideraba como transgresiones menores, y tal vez  explica  porque organizaciones semi-delincuentes, que se financian con el robo de electricidad se sienten lo suficientemente seguras en su impunidad como para aplaudir fuertemente y exigir la permanencia de la CICIG.

Pero el asunto principal es que a la CICIG no le faltó estrategia, la tuvo y la declaró públicamente. Después de su triunfo con el “Caso  La Línea”  decidió que su misión no era combatirla corrupción o  a las organizaciones que roban, secuestran,  destruyen o matan  sino salvar al País asumiendo el liderazgo reformista,  vacante desde su supuesto inicio con  las manifestaciones del 2015, liderazgo que las circunstancias habían presentado en bandeja de plata al entonces recién electo Jimmy Morales, quien para vergüenza histórica  no quiso, no supo o no pudo asumir. Así Iván dejó de ser Eliot Ness y entró a la política para competir por el liderazgo de la Nación, y declaró  que  el origen de todos nuestros  males era el financiamiento electoral. Con estoy sin venda en los ojos, apuntó todas las baterías de la CICIG en esa dirección.

 Innecesario decir que, ni siendo extranjero, se puede ser a la vez investigador o fiscal imparcial y líder político nacional abogando por reformas electorales  opuestas a las que otros líderes proponen.  Para terminar, su persecución al después fallecido alcalde y popular expresidente Arzú, causó una amalgama de fuerzas usualmente antagónicas que unidas parece llevarán  al desmantelamiento de la CICIG. No defendemos  privilegios pero hubiera sido mejor para el País  que se hubiera seguido un camino diferente.

Lamentablemente esta novela nos distrae y desenfoca. Lo importante no es la permanencia eterna de la CICIG.

Sin tiempo, sin cambios, sin CICIG y sin opciones

Increiblemente, después de cuatro años de “Nueva Política” vamos encaminados como zombies aturdidos a  una alternativa a indeseable y falsa, la de escoger entre la corrupción continuada e impune y la CICIG de Iván el Terrible, pero lo más importante es que continuamos sin aprender de nuestros errores para proponer soluciones. Debería sernos obvio que necesitamos de una estructura o entidad nacional, independiente, apolítica, técnica, poderosa y permanente dedicada exclusivamente a mantener a raya la corrupción gubernamental, y preferiblemente ajena a los delitos electorales salvo los relacionados a la corrupción.. Una entidad conformada de tal forma que pueda resistir los más astutos, enconados y persistentes esfuerzos de ser cooptada  por intereses ajenos o contrarios a su propósito.

La creación de una entidad así, un verdadero cuarto poder,  como única solución permanente para mantener bajo control  la corrupción,  es una de las ideas centrales de este Blog, y en diversas entradas hemos propuesto algunos detalles de su organización y gobernación. Pareciera que no hemos convencido a nadie, pero la realidad es otra.

La realidad es que una propuesta sin padrinos no tiene muchas posibilidades. Cuando involucramos  el pago del ISR personal como el seleccionador de los cien electores del responsable del poder fiscalizador o fiscal anti-corrupción sabíamos que la idea perdía toda posibilidad de ser apoyada por quienes ven en  el ISR el mayor de los males. La idea tampoco puede ser apoyada por las organizaciones sociales que intentan gobernarnos pues lo propuesto no les da  posibilidad alguna de influir en el proceso de elección y gobernación de la entidad.. Los entes internacionales no propugnan ideas que no nacen en su seno y los políticos actuales novan a adoptar ideas que le impedirían enriquecerse a través del poder gubernamental.

El tirmpo se acaba y nuestra posibilidad de contribuir  también

El tiempo pasa y la vida y la vista se agotan. La idea se pierde e la nube de internet y eventualmente desaparecerá. Quienes no entienden el problema, la diferencia entre los delitos ligados al poder y los que no lo son, apoyados por los que   prefieren no entenderlo, parecen estar  proponiendo sustituir a la CICIG con una versión “light” o con un apoyo técnico internacional o de USA, partiendo de la premisa de que lo que necesitamos incorporar son las técnicas investigativas que nos trajo la CICIG y listo. Técnicas… ¿Cuáles? ¿Escuchas telefónicas y testigos protegidos? Lo único novedoso y efectivo que trajo la CICIG fue mucho dinero y a Iván Velásquez, un fiscal poderoso e independiente. Si de importar o copiar se trata, en lugar de traer al FBI lo que habría que traer de USA sería la ley del fiscal especial, ley que si en Estados Unidos funciona con algunas dificultades, aquí de seguro sería inoperante, La creación de un Cuarto Poder incorporando al menos algunos de los detalles  que hemos propuesto es una solución mucho mejor y de implantarla nosotros, serán otros países los que nos copiarán.

Aclaramos, para no ser malentendidos, que desde hace años señalamos que el mayor problema en nuestro sistema de justicia estaba en la falta de investigación, por lo cual cualquier ayuda o mejora investigativa es bienvenida y necesaria, pero en lo que a corrupción se refiere, no es razonable esperar que el fiscal rutinariamente investigue a quien lo nombró, ni que su investigación sea efectiva. Esto en especial cuando puede llegar  escogido por asociaciones cooptadas, un Congreso de delincuentes y un Presidente corrupto.  Debemos también señalar que nuestro Cuarto Poder no resolvería   todos  nuestros problemas. No  acabaría con la pobreza ni con los malos gobiernos. Solo mantendría un nivel razonable de honestidad en el gobierno, un cambio limitado, pero potencialmente histórico.

Sí, el tiempo se acaba, pero un país sin corrupción y sin CICIG es posible

Hemos propuesto una solución, Un Cuarto Poder. Pareciera que su mayor defecto es no ser copia de algo existente en otro país o derivarse de algo escrito por algún gran filósofo, lo que inevitablemente  causa escepticismo, pero no  se trata de querer ser innovador es que el problema a solucionar  lo requiere. . Comprendamos que los antiguos reyes y príncipes  no tenían que robarse lo que ya era suyo, y que es en las democracias de hoy dónde la utilización del poder y dinero para beneficio propio tiene sentido y  la alianza entre gobernantes y criminales florece y se expande. Continúo en espera de una propuesta mejor a la nuestra en lugar de las de  continuar siendo un país intervenido o la  de esperar 200 años para ver si entonces nuestra sociedad y valores morales  han evolucionado y ya somos como Dinamarca, Finlandia o Nueva Zelanda.

El juego está terminando, si no anotamos un gol pronto, habremos perdido el partido.

Guatemala 15 de Marzo 2019.

Enrique Maza Z.

Nota: Si no le asusta leer documentos extensos le sugerimos oír o leer Como Elegir Mejores Diputados.

Y por favor, no nos confundan con el “Sevalepensar” de FACEBOOK. No sabemos ni quienes son.



 

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